Conversamos con Agustín Cisilino

“Si los padres pudieron trasmitir el mismo sentimiento por Rincón del Este a sus hijos y hoy llegamos a ver una tercera generación es porque algo hicimos bien.”

Es gerente de Rincón del Este desde hace más de 20 años. Originario de La Plata, papá de Alejo y de Teo y fan del tenis.

¿Qué cambios experimentó el complejo a través del tiempo?
El complejo fue creciendo mucho progresivamente. Cuando llegué en el año 1995 había 26 unidades. En el año 96/97 se hicieron 12 unidades más para llegar a las 38. Y en el año 1998/1999 se hicieron 48 años unidades, todas juntas. Así completamos las 86 unidades que tenemos hoy. Aquella obra del 99 fue muy grande. Fue cambio importante porque se duplicó la capacidad del complejo, se incorporó personal, se abrió una gran parte del parque y se inauguró también toda el área deportiva completa, con las canchas de paddle y de vóley y los nuevos estacionamientos cubiertos. ¡Fue prácticamente como inaugurar un complejo nuevo!

¿Qué s es según vos lo que los Socios más valoran de la experiencia de Rincón?
Creo que Rincón es un escape de la urbe en donde todos los días se sufre el tránsito, el caos, el estrés. Es un lugar que es naturalmente lindo. Me parece que lo que más se valora es el sentido de pertenencia y de familiaridad que encuentran en el servicio de nuestros empleados. El grupo humano que trabaja en el complejo es lo más valorable que puedan ver los Socios durante su estadía. Se sienten como en casa, se sienten a gusto, es un servicio descontracturado. Además del recurso humano que es muy valorado, este es un complejo repleto de servicios y de actividades. Pero sin duda el valor humano y el poder juntarse con la familia también, encontrarse con caras conocidas, siempre con una sonrisa… y la idiosincrasia del uruguayo también es muy amable, muy amena, son muy receptivos. Eso me parece que se valora mucho y traspasa a las personas a otro estado emocional, mucho más tranquilo y de relax.

¿Qué rescatás de la relación con los Socios a través de los años?
Creo que de haber pasado tantos años, de haber visto crecer a los chicos dentro del complejo, a los hijos de los Socios ¡algunos ya vienen con sus propios hijos! o sea los nietos de los Socios iniciales, me parece que es lo que uno rescata como una vivencia muy agradable. Porque si los padres pudieron trasmitir el mismo sentimiento por Rincón del Este a sus hijos y hoy llegamos a ver una tercera generación es porque algo hicimos bien, porque algo siempre estamos dejando en las estadías de nuestros Socios. Y eso me parce que es muy importante.

¿Recordás anécdotas especiales?
Anécdotas ha habido muchas, alegres y muy tristes, es la vida misma. Pero hay muchas de gran alegría. Hay familias que por ejemplo han tomado a Rincón del Este como punto de reunión viniendo de diferentes partes del mundo, se han encontrado aca 15 o 20 personas, y lo siguen haciendo para pasar las fiestas. Es un punto de reuniones familiares muy importante. Tenemos gente de España que viene a pasar las fiestas todos los años, gente de Estados Unidos también. Y creo que el hecho de mantenerse vigentes y siempre con la misma calidez es un punto destacable en el complejo.

¿Cuál es tu Rincón favorito en Punta del Este?
Mi Rincón favorito “es” Punta del Este. Yo soy originario de otro lugar y sin embargo cuando me voy, sea lejos o cerca, por muchos o pocos días, éste es para mi lugar de regreso, es mi volver a casa. Siempre tengo la necesidad de volver y es donde tengo la idea de quedarme a vivir. Este es mi lugar en el mundo. Pero dentro de Punta del Este podría decir que la Península es un lugar que me gusta mucho.

¿Qué otras actividades te gusta hacer cuando no estás dedicado al trabajo?
Me gusta el tenis. Es una actividad que comparto con mi hijo menor también. A él le gusta mucho. Yo lo inicié en el deporte y ahora empezamos a jugar juntos.

Para terminar, ¿querés transmitir algún mensaje a los Socios?
Siempre esperamos con mucha ansiedad la llegada de los Socios, el intercambio de experiencias. Que sepan que siempre los vamos a estar esperando, que siempre tenemos la posibilidad de interactuar con ellos, de charlar, saludarlos y darnos un abrazo, porque realmente eso es lo que pasa cuando vienen.